jueves, 8 de enero de 2009

AMOR QUIERO ESA FLOR


Cuando la veo mostrarse por la ventana; quiero encapullar esa flor en mi corazón.
Y desde el rincón de su angelical mirada, vivo aquella etapa siempre tan soñada.
Serena es la mañana irisando un color gris, s
uave aroma que vibra al rozar la piel jazmín.
El aliento hoy se mezcla invadiendo al jardín c
omo beso fresco que moja mi lamento…
Le quiero regalar el clavel que perfuma la tarde matizando el son vespertino.
Y en ese brillo que refleja su tez carmín, estar cautiva en el follaje del destino .

Si esta flor cantaría… ¡la paz que daría! en las tardes dulces cuando la siento mía y. . .
mientras lloran las hojas sobre los ramajes, el vivaz ocaso se asoma con luz galante.
Celosa contemplo a las lunas como arteria presta a reventar por un cántaro de placer.
Mundo colosal que sostiene la doctrina de deseos descubiertas al amanecer.
La flor ya se va escapando de mi mirada, llega despacio la sombra para cubrirla.
Con un manto azul dorado abrigando su piel, p
étalo frágil que vive la noche calma.
Y ahora amor, que ya surge la despedida; yo quiero ser un racimo de su partida
para quedarme en las caricias de sus hojas y así dormir la angustia de la lejanía.

CRUZAR EL PUENTE
Quiero cruzar el puente por el sendero que celosamente aguarda tu figura,
como centinela bravío yo miro y pierdo el sentido de verte tan lejano.
No quiero cambiar el traje del alma que delata la inocencia añil que
embellece la galería con brillos que son soles azorando los rosales.
Enciende, anima, atiza el amor; apresura y socorre este ayuno gris
que los florales vieran desprenderse así; impulsando tu candor.
Ese puente tiene un artesano enano que pinta colores que se van,
aquel duende ya se ríe de mi ansiedad mientras fluye una paz.
Cada peldaño de espera quema mi asombro que se derrama en signos,
la fibra humana surge enamorada pero oculto tu mirada en ella y
justo al cruzar el puente...

ESTRELLA
Sos la estrella que orientas mis penas, el laberinto en las ideas
y ese murmullo en el ocaso lento.
Sos la centella que al estrellarse se plasma libre en el pensamiento
para resaltar esta gran tarde.
Nace la savia que se alimenta de esta tristeza y un capullo se abre
para recibir gotas dulces siempre.
Ya corren por las venas sones y retumbos graves de timbales
que acompañan nuestro destino.
Mientras se apaga la tarde cristal;te espero en mis horas lentas mientras
tu brillo ilumine mis latidos, dirija el ideal y cese junto al gran rosal
porque allí esperaré las horas lentas .
Eres panal de vida que brilla; que contempla la espina que hiere
mi corazón cada vez que cae la tarde.
Los encuentros y las partidas son el amuleto casi dorado que guarda
aquella esperanza que desespera por ver tu llegada.
SUANG

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